Entre
Faces
Lookbook otoño 2025
Existe a veces, la sensación de deslizarse entre las cosas.
De no habitar ningún lugar del todo.
De estar — sin estar por completo.
La luz cae.
Atraviesa, roza, recorta.
Y proyecta signos de un mundo aparte.
La vestimenta, en cambio,
no dice nada en voz alta.
Envuelve con suavidad,
deja pasar el aire, deja pasar el paisaje.



Es un espacio entre el cuerpo y lo que lo rodea.
Filtra, protege sin encerrar,
y vuelve más suaves los pasajes.
Podría decirse que ayuda a habitar.
No en el sentido de ocupar,
sino de sentir, de seguir los contornos,
de volverse permeable.
No hay un afuera absoluto.
Solo umbrales.
Y quizá vivir sea eso:
pasar de una faz a otra
sin dejar nunca de ser atravesado.



